Definitivamente, cuando uno planea un viaje siempre la emoción te recorre de pies a cabeza, el corazón te late un poco más apresurado y comienzas a pensar en los lugares que vas a visitar, los chones que te vas a poner, en dónde dormirás (si es que duermes), lo que comerás (si es Cuba, habrá picante o no), a dónde irás a mover el bote un rato y claro, si eres fotógrafo la lista aumenta considerablemente.
El chiste es que así comenzó mi viaje a Cuba, un viaje bastante prometedor, muchas pero muchas cosas que fotografiar, era como viajar 40 ó 50 años al pasado y tener la oportunidad de fotografiar modelos rus@s de los 50's (hablo de automoviles...), o simplemente poder recorrer el famoso Malecón de la Habana y encontrarte con artistas callejeros que dibujan al Ché sobre un lienzo de carne y hueso, o un trío de viejecitas Habaneras que te cuenten sobre sus amores caribeños y como una de ellas fue actriz famosa antes de la revolución, o mejor aún, saltarte la barda del Malecón y poder encontrarte con un pescador que lleva 30 años yendo todas las tardes a pescar lo que el llama: Sólo sueños...
Lo que nunca pasó por mi cabeza ni un cachito, fue planear a qué hospital podía llegar en la Habana durante diez días... digo, creo que eso nunca lo planeamos, así que no me siento culpable! xD. Así que aquí les dejo algunas fotos que logré tomar en mis dos días y medio de turista en Cuba, los demás no pude ya que me encontraba bastante ocupadito cantando La Media Vuelta a mis enfermeras cubanas.
PD. Les contaría más sobre mi accidente, pero espero pronto esta experiencia me sea como lo que pesca el Don del Malecón.
Jesús Cornejo
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